El mejor momento para aprender a nadar, dice un dicho popular ucraniano, es cuando viene el agua. En ese momento, podria agregar la picardia española, cualquiera, incluso el menos dotado, sabe como hacer para mantener la cabeza alejada del vital elemento que todo lo lleva en su furia.
Lamentablemente, más alla de los dichos y las sabidurias populares las crisis que han sacudido al mundo en el ultimo año han demostrado que muchas veces ni siquiera en las peores condiciones las personas aprenden a nadar y, queriendolo o no, igual se hunden.
En su libro, "Los salvados y los hundidos", Primo Levi cuenta su experiencia en un campo de concentración nazi y su historia puede servir para entender el momento actual porque Levi explica que muchas veces las cosas suceden sin una razon ni una logica y buscar el disparador de todo es inutil, lo unico que puede hacerse es reaccionar.
Esto es algo que las personas o familias que han sufrido los recientes embates de la crisis internacional entienden perfectamente: con sus sueldos congelados y las expensas y otros gastos subiendo no hay tiempo suficiente para hacer complicados calculos mentales, lo primero es pagar las deudas y sobrevivir.
La pregunta es: ¿como hacerlo en un panorama donde todas aquellas personas que pueden ayudar se encuentran en la misma situacion que uno? ¿A quien recurrir en ese momento? ¿Quien puede dar una mano...?
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